Hay experimentos que prueban que el pensamiento, que la intención, afectan la realidad física.
El pensamiento es una sustancia , y como tal, afecta a la materia.
La base del pensamiento está en las subpartículas del átomo (electrones-fotones). Y como toda sub partícula se comporta como individuo ubicable en una posición en el espacio, pero no puedes medir su velocidad o a donde se dirige.
Y si mides su velocidad, no puedes ubicarla en su posición.
Esta dualidad (principio de Incertidumbre) sugiere algo que parecía increíble a los ojos de la física clásica: El comportamiento de los electrones está abierto a múltiples posibilidades de aparición (existencia visible) en el espacio-tiempo, pero la presencia de un observador (el hombre) hace que la partícula se comporte de una manera específica y no ya como posibilidad potencial.
La atención afecta la realidad.
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