El determinismo, propio de las leyes físicas, implica que todo comportamiento físico de un sistema satisface valores iniciales, que pueden deducirse y predecirse entonces valores futuros y ciertos resutados. Ese es el mundo manifiesto, la física clásica, la energía predecible, lineal, con un principio y un final.
El mundo microscópico, se va manifestando en lo visible, dando lugar al mundo manifiesto.
El universo entero viene de lo sutil.
La conciencia precede inclusive al mundo de las subpartículas, con anterioridad a toda vibración. Allí subyace la potencialidad múltiple de la visión cuántica. Allí subyace la expansión y la evolución de lo que todavía no existe.
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