Los científicos Roger Penrose y Stuart Hameroff (Universidad de Arizona), sostienen que los microtúbulos de las células son “conductos de luz” y a través de estos conductos las señales de onda se convierten en fotones altamente coherentes que son enviados al resto del cuerpo. Este flujo de fotones, sostienen, son los detectados en los sanadores.
La causa de la curación sería: si los pensamientos son generados como frecuencias, la intención de curar es luz bien ordenada. Stuart presenció como ese flujo de fotones salían de las manos de los sanadores. La intención se manifestaba como energía eléctrica y magnética produciendo un flujo ordenado de electrones que fueron medidos por equipos altamente sensibles.