En física cuántica el observador -nosotros- tiene participación en lo que es creado, no es un mero espectador del mundo que lo rodea.
Si somos observadores, desde un estado no ordinario de conciencia -estado de serenidad mental y pensamientos acallados- nuestra realidad puede ser creada a conciencia.
La diferencia está en que, si somos espectadores y no observadores, la realidad es sencillamente azarosa, buena suerte o mala suerte.
Si somos observadores, participativos en nuestro entorno, la realidad empieza a manifestarse a través de la intención desde un estado de serenidad mental.
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